EDITOR RESPONSABLE: Lic. Raúl Corzo

jueves, 15 de octubre de 2020

San Singuita: PATRONO DEL ASTILLERO

 

El San Singuita era un simpático y paupérrimo
 integrante del santoral popular, declarado por los
trabajadores como “Patrono del ARS”
en la época que cobrábamos salteado. 

Los alféreces del "patrono", en las eventuales participaciones
a nuestras movilizaciones, eran Eduardo Alberto Onzari y Carlos Basaj.
En la foto, durante el Ensenadazo de septiembre de 1990.

El San Singuita reconoce un antecedente: Este diseño tridimensional realizado por Sixto González (foto) trabajador de la generación anterior a Carlitos y Lalo y artista plástico en sus tiempos libres.
El "santito" no podía faltar en el imaginario de la época ya que los sueldos bajos eran una constante entre los trabajadores del Astillero.

Alberto Onzari

El 30 de marzo del 2000, a las 9 y 15, Eduardo Alberto Onzari, de 37 años,  técnico con 18 años de antigüedad en la empresa y Jefe del Área de Mantenimiento Civil, fallece al caer desde una de las grúas del Taller de Estructuras mientras realizaba una tarea de rutina. Nada pudieron hacer los médicos que lo atendieron en la Clínica de Ensenada. Falleció por las heridas recibidas cuando dio contra el suelo. Eduardo dejó una esposa de 33 y dos hijos, Nicolás de 5 años y Tomás de 2 meses. 

El Astillero Río Santiago decretó y tanto dirigentes de ATE y como el personal jerárquico de la compañía coincidieron en destacar la personalidad del técnico accidentado. "Era alguien muy querido", dijeron. 

Según las crónicas de la época, el barrio donde vivía con su familia en Los Hornos -141 entre 68 y 69- también lamentó profundamente su muerte. 

En Berisso, donde creció y donde aún residía su madre, muchos vecinos y amigos de su infancia también se mostraron muy conmocionados


Carlos Basaj hoy tiene 71 años y disfruta de su merecida jubilación. 

En la foto, junto a sus compañeros, durante el acto de reinicio del Servicio de Comedor en el Astillero Río Santiago, una de los reclamos de las luchas del `90; sin duda saboreando el dulce sabor del triunfo y recordando a su amigo ausente.



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