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domingo, 27 de abril de 2014

DÍA GRANDE DE JUJUY: Mientras la dirigencia dudaba, la paisanda luchó

Por SABINO MOSTACCIO

(En 1821) la guerra civil corroía y había sembrado caos a lo largo y lo ancho del Río de la Plata. La Banda Oriental estaba sojuzgada por los invasores portugueses y los caudillos del interior luchaban entre sí por el predominio político y contra los centralistas de Buenos Aires, que hastiada de la guerra civil busco en Juan Manuel de Rosas un garante para su orden y tranquilidad. Rosas ayudo a establecer a un militar honrado, Martín Rodríguez, como gobernador de la provincia. Este, asesorado por su ministro Bernardino Rivadavia, emprendió un amplio programa reformista que puso los cimientos para la riqueza y la grandeza de Buenos Aires. Pero la “feliz experiencia porteña” no se replico en el interior de inmediato, donde aun prevalecían discordias intestinas.

Una de las más afectadas resulto ser  la actual provincia de Jujuy, por entonces dependiente de Salta, envuelta en numerosos conflictos internos, situación que los realistas, desde su fortaleza altoperuana, aprovecharon para intentar establecer dominio sobre el Norte argentino, invadiendo el territorio por la Quebrada de Humahuaca al mando del brigadier Pedro Antonio Olañeta. La vanguardia realista continuó la marcha bajo el mando del coronel Guillermo Marquiegui, llegando a la ciudad de San Salvador de Jujuy y permaneciendo sólo tres días en ella, puesto que la abierta hostilidad de sus habitantes los hizo temer ser cercados, por lo que decidieron retroceder hasta la margen del río León, a la espera de Olañeta y sus hombres.

Ante esta situación y viendo la indecisión del gobierno de Salta para el envío de tropas, los patriotas jujeños decidieron por propia iniciativa reunir sus fuerzas, juntándose los gauchos de Perico, Los Alisos, El Carmen y Palpalá, llegando escasamente a los seiscientos hombres. El coronel José Ignacio Gorriti fue designado jefe de la partida, estableciendo su campamento a orillas del río Yala.

En la madrugada del 27 de abril cayeron sorpresivamente sobre el enemigo. El encarnizado combate duró más de un día, dando como resultado la completa victoria de las tropas jujeñas, que tomaron prisioneros y obtuvieron cabalgaduras y armas. Enterado de este desastre, Olañeta intentó recuperar lo perdido, pero Gorriti le ordenó retirarse bajo la amenaza formal de fusilar a los jefes y oficiales tomados prisioneros.

Esta acción guerrera mereció el título de "Día Grande de Jujuy", debido a que los hombres jujeños, impulsados por el amor a la libertad e independencia de la Patria, llevaron a cabo una empresa que, por las circunstancias del momento, los mostraba en manifiesta inferioridad de condiciones, haciendo del 27 de abril la verdadera y Magna Fiesta Cívica de los jujeños. De nuevo, el heroico pueblo jujeño salía en defensa de la libertad de la nación, confirmando así la valiente estirpe que envuelve a los argentinos. Aun hoy, a 183 años de este gran día, la nación Argentina les debe a los hermanos jujeños el más digno agradecimiento. Heroica Jujuy yo te saludo, hermana del norte, siempre valiente y firme. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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