En la noche del 4 al 5 de enero de 1974 la conjunción de la Naturaleza y un descuido humano produjo lo impensable en los Astilleros y Fabricas Navales del Estado (AFNE).
Un fuerte vendaval arrancó árboles de cuajo en la planta naval, produjo la voladura de una parte del techo del sector Buques Militares y la caída de una columna sobre otra área del mismo
Lo más impactante fue que las altísimas grúas ELYMA, visualizadas desde lejos por la población circundante a Ensenada, se derrumbaron sobre Gradas y el Taller de Galvanoplastía.
La explicación más popular del acontecimiento era que el operario a cargo se había olvidado de soltar los frenos de la maquinaria lo que hizo que opusiera resistencia al viento hasta que fue vencida por el fenómeno natural.
-La tormenta fue en vísperas de Reyes y era viernes. Me acuerdo porque ese sábado vinimos a hacer extras – contaba Manuel Ruiz, un veterano capataz del sector Maniobras ya jubilado.
- Las hicimos sí, pero haciendo arranchamiento y tratando de componer el desastre de la tormenta- recordaba sonriendo nostálgico.
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